A LOS 104 AÑOS DE LA ESCUELA NORMAL – A LA CAZA DE RECUERDOS POR BLANCA COTTA
¡Quién no recuerda las notas gastronómicas amenizadas con misceláneas que la señora Blanca Cotta brindaba en la revista de Clarín de los domingos! En muchas de ellas SU Quilmes estaba presente, su infancia, sus amigos y entre todo sobresalía SU, nuestra, Escuela Normal Nacional Mixta de Quilmes, hoy Instituto Superior de Formación Docente N° 104. Donde Blanca estudió y su padre Juan Manuel Cotta [1] fue el segundo director durante largo tiempo dejando un rasgo indeleble. Este año ‘la Normal” cumple 104 años y su primera promoción un Centenario. Por estas fechas a los ‘normalistas’ nos vale homenajear estas fechas con algunas páginas invalorables.
DE AQUÍ, DE
ALLÁ Y DE MI ABUELA TAMBIÉN
Por la señora Blanca
Cotta,
octubre de 1991.
Mi cueva de trabajo se enriqueció de
golpe: he colgado un comboloi (si usted es griego me entenderá...) [2]
junto a las fotos de los seres que amo... en una cajita de cristal que me
regaló Cachita Redondo he encerrado un puñadito de tierra de la Acrópolis... en
otra cajita de cerámica (regalo de Ale y María Gracia), unas piedritas blancas
igualmente griegas… No. No estoy delirando. Un tesoro como este no se compra:
se gana. Y no me lo gané yo, precisamente, sino mi padre - hace tiempo - y sin
proponérselo. Le cuento... Cuando hace añares (¡Yo tenía 6 años!) papá le
tendió una mano a Curtis [3]
nombrándolo chocolatinero oficial de la escuela (con aprobación del
Ministerio) para que con su trabajo pudiera mantener dignamente a su familia,
sin darse cuenta dejó caer la semilla de su proverbial bondad en una tierra
fértil que, con el tiempo, fructificaría en una
cosecha de oro: la gratitud.
Pasaron muchos años. Desde aquel entonces no había vuelto a ver a mi “ángel guardián”
que un buen día, por arte de magia, me regaló la figurita del tucán (la
difícil...) para que pudiera completar mi álbum ¡Y ganarme una bicicleta
blanca! Ayer me enteré por Carmen, su hija (que sigue atendiendo con el mismo
cariño de su padre el trabajo que él le dejó), que de allá y
de mi abuela también “nuestro” querido Curtís y su señora cumplían - ¡El
mismo día! - 86 años. ¿Cómo no acercarme a darle un beso a este “vendedor de
ilusiones” de todos los que pasamos por la Escuela Normal de Quilmes? Y fui con
Carlos a su casa, y lo encontramos felicísimo junto a su esposa y físicamente
igual a como yo me lo había grabado en la memoria del corazón. Bueno... tal
vez un poco más gordito... ¡bah! Pero igualito al Curtis de ayer: cariñoso, simpático,
vivaz, agradecido… y ¡y con una memoria prodigiosa! ¡Ah, los sándwiches que
siempre le sacábamos fiado y de los que nunca llevábamos cuenta!... Enseguida
comenzó a recordar nombres queridos: Jorge Sabato... Salinas... “¡Si se ponen a llorar, nos vamos!”, les
dije, retándolos como a veces lo hacía con mamá, al ver que los ojitos de él y de Carmen comenzaban a lagrimear nostalgias. Y cambiamos de tema. Todo el hogar respiraba a Grecia, símbolo eterno de la cultura universal, parte importante del paraíso donde navegaban nuestros sueños y que arrancaban, quizá, desde nuestro primer encuentro con La Ilíada... Entonces empezamos a curiosear las paredes: símbolos tradicionales, fotos, muñecas con trajes típicos y, sobre el escritorio de Carmen, la bandera argentina junto a la griega... Dos patrias. Dos amores. Dos pasiones. No hay duda-pensé conmovida- el amor al terruño es la verdadera levadura moral de los pueblos... Yo también tengo en mi cueva de trabajo una bandera argentina y la foto dedicada de quien nos puso en camino para defender la democracia. Gracias, Carmen, por invitarme a tu casa, Estoy segura de que a partir de hoy los que pasamos por la Escuela Normal de Quilmes y engordamos a cuenta de tu padre, todos los 15 de junio -estemos donde estemos- gritaremos desde el fondo de nuestros corazones: “¡Feliz cumpleaños, Curtis!...” Y él sabrá escuchar todas las voces. “Querer es querer creer...” (Unamuno) […]
Sra. Blanca Cotta
Compilación Chalo Agnelli
Miembro de EXANQUI
Colaboración, señoras Blanca Cotta, Patricia y Graciela Skilton
NOTAS
[1] Ver en EL QUILMERO del lunes, 27 de julio de 2009, JUAN MANUEL COTTA http://elquilmero.blogspot.com.ar/2009/07/juan-manuel-cotta.html
[2] El kombolói es un popular juguete griego con cuentas, similar a un rosario pero sin un fin religioso. Se utiliza como pasatiempo, método relajante de control del estrés y como método para controlar la ansiedad.
[3] Ver en EL QUILMERO del miércoles, 18 de mayo de 2016, EL QUIOSCO DE LA ESCUELA NORMAL DE QUILMES - MINAS Y CARMEN CURTIS
http://elquilmero.blogspot.com.ar/2016/05/el-quiosco-de-la-escuela-normal-de.html
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