LA LLAMA



"Leer es una llama. El libro que estoy leyendo me aguarda ahí, en la mesa, apagado. Al leerlo lo enciendo. Si yo no lo encendiera, él no brillaría.
Los libros no son películas: no arden en salas vacías, sin ojos espectadores.
Los libros no son músicas: no suenan por error o por descuido, no se escuchan en radios que nadie oye, no hacen ruido de fondo. No son esculturas ni pinturas, tan quietas y abandonadas, tan ellas mismas pese a todo.
Los libros son luces apagadas. Mi libro me necesita para encenderse. Ahí está, cerrado y en apariencia inofensivo. Sólo en apariencia: deja que alguien lo lea y el libro arda, y verás cómo quema y cuánto alumbra. Y cuando así sucede, ni el agua ni el fuego logra extinguirlos: lo saben todos los tiranos. Apagar un libro consiste en no leerlo. Haz este experimento: déjalo a merced del viento, que el aire hojee sus páginas. ¿Qué sucede? Nada. No se enciende. No pide ser abierto sino leído.
Sólo nosotros podemos encenderlos. La llama que enciende todos los libros está en nuestros ojos. Vamos por ahí, tan tranquilos, nos despertamos y volvemos a acostarnos, contemplamos la tele o un rostro querido, un espejo o unas nubes, lo vemos todo sin encender nada, sólo los libros arden con la mirada. No sabemos cuántos libros encendemos al cabo del tiempo, cuántas páginas han ardido bajo nuestros ojos. Si te pones a pensar, no hay nada más extraño que leer. Vas leyendo y vas alumbrándote. Te gusta lo que lees, y te incendias."




El cuadro que acompaña el texto es obra de Ernest Messonier
y tiene por título "The reader in white"
José Carlos Somoza
Esta entrada está tomada de la página del escritor José Manuel Pérez Padilla, http://www.facebook.com/PerezPadilla.Novelas?ref=ts&fref=ts
Su entrada en nuestro blog: http://unapizcadecmha.blogspot.com.es/2013/03/blog-post.html — con José Manuel Pérez Padilla y Paco Cineclásicajazz Pizcadelodemás.
https://www.facebook.com/pages/Una-Pizca-de-Cine-M%C3%BAsica-Historia-y-Arte/281230495222814



Comentarios

  1. ¡Hermoso, Chalo!
    Es así. A mí siempre me gustó mucho leer. Me acuerdo que, cuando era chica y mi mamá servía la comida, yo corría el libro al lado del plato y seguía leyendo. Y ella me decía: "Maruzé, ¿nunca vas a dejar de leer?"
    Y ahora, cada noche, se me ensancha el pecho cuando me preparo para irme a la cama, alegre porque voy a encontrarme con un libro. Estos días estoy leyendo a Tolstoi, por primera vez. Me compré "La muerte de Iván Ilich" y "No puedo callarme", los dos en un mismo libro, y "La sonata a Kreutzer". ¡Maravillada, descubriendo a Tolstoi!¡Un abrazo, Chalo, y que estés siempre bien!
    Mari Sansotta

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