MEDIODÍA DE INVIERNO



En ese momento, en que ya era feliz
(Dios me perdone la palabra grande
y tremenda), ¿quién convirtió casi en llanto
mi breve dicha? Dirán ustedes: "Cierta
bella criatura que por allí pasaba
y te sonrió". Fue un globito, en cambio,
un globito azul oscuro errante
en el azul del aire, y el nativo cielo
nunca igual como en el claro y frío
mediodía de invierno refulgente.
Cielo con alguna nubecita blanca
y los vidrios de las casas encendidos por el sol
y el humo tenue de una chimenea o dos,
y sobre todas las cosas, las divinas
cosas, aquel globo de la mano incauta
de un chico escapado (él lloraba,
claro, en medio de la gente su dolor,
su gran dolor), entre el Palacio
de la Bolsa y el Café donde sentado
más allá de los vidrios admiraba yo con ojos
brillantes ora subir ora bajar su bien.


Umberto Saba (Trieste, 1883-Gorizia, 1957), "Cose leggere e vaganti", 1920, Il
canzoniere, Einaudi, Turín, 2004 Versión de Jorge Aulicino.
Colaboración Alicia Silva Rey 
En: http://campodemaniobras.blogspot.com.ar/2012/10/umberto-saba-mediodia-de-invierno.html

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