JOSÉ, AMIGO!
José: perseguido y hasta odiado por los rivadavianos en la
soberbia Buenos Aires; sospechado y ninguneado por el Patriciado mendocino que
no estuvo nada contento de "colaborar" para tu ejército; repudiado y
acusado de lo peor por la aristocracia limeña, recelosa de cualquiera que les
recortara poder; tentado todo el ti
empo a involucrarte en la desgarradora guerra civil
argentina, a lo que dijiste que No, cosa que tus oficiales no pudieron, no
quisieron, no supieron. José, que anciano ya supiste despertar la admiración de
Alberdi y Sarmiento y que, como otros tantos, tus últimos días fueron de
sobriedad y austeridad republicana.
Ese republicanismo que te hizo cruzar el
Atlántico porque América (así era entonces, América) era la esperanza de los
nuevos tiempos. Gracias José, estuvo muy bien, hiciste lo que pudiste y la
verdad, no fue poco. Que va a ser...
Descansá en paz que bronce más, bronce
menos, igual que tus paisanos, los de abajo te llevamos en el corazón...
Prof. Carlos Melone
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